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Editorial 3° edición


Si bien en este número de Co.marca tocamos temas como el invierno, la inseguridad y la oferta cultural en Popayán, el énfasis no podía recaer sino en la movilización estudiantil que impidió que el proyecto de reforma a la educación superior cursara su trámite en el Congreso de la República. En los últimos dos meses este tema ha sido fundamental en las agendas públicas y periodísticas aunque los medios de comunicación masivos no suelen observar en tales coyunturas un tratamiento equilibrado: algunos noticieros y periódicos —los de siempre— se dedican a estigmatizar los movimientos sociales con afirmaciones harto conocidas y que, igual que un remake, se desempolvan cuando hay una marcha o una protesta a disgusto del gobierno de turno. Quizá por ello, bien han hecho los estudiantes en evitar confrontaciones con la fuerza pública, pues comprenden que ahí se gestan los señalamientos que tienen eco en los medios y que le hacen un flaco favor a una postura que en diferentes escenarios ha sabido defenderse con argumentos sólidos, con creatividad y con una amplia convocatoria que ha sido atendida y apoyada por docentes, padres de familia y sociedad en general.

El retiro de la propuesta por parte del gobierno Santos y el llamado a establecer mecanismos de diálogo y participación para la concreción de un nuevo proyecto de ley es la mejor muestra de que los estudiantes tenían razón y que no estaban desinformados sobre aspectos tan espinosos como el fortalecimiento de la financiación a la demanda y no a la oferta, la pérdida de autonomía de las universidades o la aparición de un cierto hálito privatizante, entre otros aspectos. Pero esto ha sido apenas un primer pulso del cual el movimiento estudiantil salió muy fortalecido, aunque no significa tampoco que haya tocado el cielo con las manos. Lo que viene es acaso más complejo y en ello los estudiantes tienen que ser muy inteligentes para no perder el terreno ganado. Como en una partida de ajedrez, se debe tener mucho tacto y una clara estrategia, lejos de narcisismos y minucias. No perder el rumbo, reconocer lo importante y lo trascendental, concertar formas de participación reales y efectivas que no se diluyan en formalismos o en intemporalidades, son retos que hay que asumir en adelante. Si hasta aquí se ha llegado y luego de la tormenta parece haber buen viento y buena mar, lo mejor es no dejarse seducir por los cantos de sirena que siempre surgen por ahí. Porque, en definitiva, es más reconfortante que los cantos que siga oyendo el país sean los de los estudiantes y que sea su voz comprometida la que se reconozca en medio de tanta bruma.

1 comentario:

  1. Hola!!!

    Vivo en Medellín y estoy interesada en adquirir las dos últimas ediciones del periódico. Por tal razón pregunto: ¿qué debo hacer para lograrlo?, ¿con quién debo comunicarme?

    Mi correo es imrelois@gmail.com

    Mil y mil gracias

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